mercredi 23 décembre 2020

Casas y tumbas: un himno a la vida y a la naturaleza.

 En este libro, Bernardo Atxaga mezcla los géneros literarios (el drama, la novela policíaca, la novela psicóloga…), todos unidos por un toque de poesía. 

A través de seis capítulos que ocurren a épocas diferentes, cuenta la historia de protagonistas que tienen en común un lugar : Ugarte, un pueblo vasco.

Atxaga demuestra que detrás de un sitio, que quedaría insignificante para mucha gente, se esconden personas « extraordinarias », en todos los sentidos de la palabra. Así, si os dáis la pena leer esta obra, estoy segura que os apasionaran las vidas de Elías, Eliseo, Antoine, Martín y Luis y muchos otros que cruzan sus vidas. Nos recuerdan que, para cada uno de nosotros, la vida es un camino tortuoso entre lo conocido, lo reconfortante como una casa y lo desconocido, lo que da miedo, como la muerte, que la tumba representa.

 

Las casas y las tumbas están adornadas con la naturaleza que las rodean. Si en el primer capítulo la naturaleza predomina, a través de una flora majestuosa y una fauna a veces indomable, como el jábali de la panadería o los del cuartel de El Pardo, a veces domesticada, como la urraca de Eliseo, poco a poco ésta se desvanece y son las pantallas que invaden la última parte. Las únicas huellas de la naturaleza residen en las fotografías de Ugarte que el personaje de Martín observa en su ordenador, y en las orquídeas que compra cuando su hija sale del hospital : « La orquídea blanca que había comprado en la florestería se alzaba a un lado del ordenador. La otra, casi idéntica, seguiría donde la había dejado una hora antes, en el mostrador de la Unidad de Pediatria, junto al helecho verde. Un descanso para quienes pasaran por allí. Un descanso también en casa, para sus ojos. ». El descanso. El descanso que muchas veces olvidamos tomar hoy en día, el descanso que buscamos a través de la naturaleza muy a menudo cuandos nos vamos de vacaciones.

 

Como acabáis de leerlo, Casas y tumbas es un himno a la vida y a la naturaleza para acordarse que ambas son frágiles, fugaces y únicas. Hay que cuidarlas, preocuparse por ellas, también hay que cuidar de las vidas de los demás, aprovechar su presencia, como lo demuestran las amistades que encontramos en el libro. Pues, para una vuelta a lo esencial, os recomiendo la lectura de Casas y Tumbas : interesarse por los demás es la mejor forma de entender el mundo.

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