El trueno de las nueces y otros sacrificios

Para mí, el último capítulo de la trilogía de el Baztán es el más adictivo. 

Un bebé que sufre una muerte de cuna sospechosa y su padre que quiere robar su cuerpo por motivos muy raros. A partir del momento en que comienzas el libro, con la nueva investigación de la inspectora Salazar, ya no puedes pararte. Ofrenda a la tormenta "despeina" por su acción continua. No hay un momento de descanso. Otra vez, Dolores Redondo explota los mitos vascos para crear un ambiente oscuro y extraño,  sembrando dudas entre lo real y lo fantástico. Al leer la última parte de la trilogía, vas al encuentro de sectas sacrificadoras, ejecuciones que te quitarán las ganas de comer nueces y seres diabólicos como Inguma. No pienses en él al acostarte, temerás morir asfixiado mientras duermes. Se añade a esto los tormentos de Amaïa Salazar, con sus demonios: su madre, el destino mortal de su hermana gemela, su relación conflictiva con su hermana Flora.

Opresivo es el adjetivo que califica mejor la novela. El cerco se está cerrando, todos los hechos misteriosos de los capítulos anteriores se aclaran, a veces de forma poca verosímil, a veces con soluciones faciles, pero nos dejamos atrapar en el juego y la trilogía seduce por la originalidad que encontramos en el uso que Dolores Redondo hace de la mitología vasca y de una noticia que leyó en la prensa.